Continuamos con los relatos que vosotros nos vais enviando. Recuerden que si tienen algún relato erótico (real o inventado) nos lo pueden enviar.
En el fin de semana he decidido salir con unos amigos a un bar. Mi mejor amigo no se encontraba muy bien, porque había roto con su novia hacía poco tiempo. Por ese motivo bebió demasiado y se acercó bastante a mí. En un momento cuando estaba hablando con los demás del grupo, mi amigo empezó a acariciarme el cuello. Me asusté y a la vez me gustó mucho. Le dije que no lo hiciera y él me dijo que quería besarme. No resistí, nos besamos delante de los demás amigos que nos miraban sin creerlo. Después de eso nos fuimos todos a bailar y mi amigo sólo quería abrazarme y acariciar mi cuerpo. Estaba un poco avergonzada, pero él decía que no me preocupara por los demás y se preguntaba porque nunca lo había notado que yo estaba tan buena. Yo ya estaba muy excitada, hasta que él me dijo para irnos a un sitio más tranquilo, los dos solos. Al principio le dije que no, pero luego no me resistí. Les dije a los demás que él no se encontraba bien y que nos íbamos a casa. Cogimos el coche y nos fuimos al motel más próximo. Mi amigo quiso ducharse antes porque iba muy borracho. Cuando terminó de ducharse, por la cara de sueño que tenía, creía que iría a dormir. Él se tumbó a mi lado y me abrazó poniendo la mano dentro de mis pantalones. Yo ya estaba toda mojada, él sacó un condón del bolsillo y dijo que quería comerme. Empezamos despacio y pocos minutos después ya era algo salvaje con derecho a bofetadas en la cara. Mientras me penetraba decía que no debería estar haciéndolo con su mejor amiga, eso me hizo tener un orgasmo maravilloso y luego nos quedamos dormidos. Al día siguiente, me desperté con su mano apretando mi culo. Yo le desperté con besos apasionados, lo hicimos una vez más y nos fuimos a la ducha juntos. Cuando salimos de la ducha el comercio ya estaba abierto. Aún somos amigos, pero espero por el día en que él me haga feliz como en aquella noche.